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Una escasa semana de vacaciones ha tenido la familia Obama, quienes se marcharon el pasado domingo 23 y regresaron anoche día 30 de agosto. Poco ha podido descansar el presidente, que tuvo que interrumpir en dos ocasiones su relax: para apoyar al presidente de la Reserva Federal y para asistir al funeral de Ted Kennedy. Con su regreso se enfrenta a una dura prueba: sacar adelante la reforma sanitaria que está siendo mucho más complicada que cualquier otro tema que haya tratado hasta ahora. El poder de las compañías aseguradoras es enorme y están gastando millones de dólares en desacreditar a Obama y convencer al contribuyente de que la reforma no les interesa. La ausencia además de Ted Kennedy en el Senado hace más difícil la aprobación de la nueva ley.
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