El presidente Barack Obama prometió a sus hijas, Malia y Sasha, que cuando terminara la campaña electoral tendrían un perro, tanto si ganaban como si perdían. Era una forma de recompensar la paciencia de las niñas ante la ausencia de su padre durante los viajes interminables de la carrera a la presidencia. El mundo entero conoció esta promesa cuando Barack Obama incluyó en su discurso del 4 de noviembre de 2008, tras ganar las elecciones, una alusión al tema, indicándoles directamente a las niñas que se habían ganado el cachorro.
A partir de ahí la prensa estadounidense ha perseguido la noticia tratando de averiguar cúando llegaría el perro y de qué raza sería. La elección no era fácil puesto que Malia Obama, la niña mayor, es alérgica a los cánidos. El senador Edward Kennedy, buen amigo de la familia, les recomendó desde el principio el perro de aguas portugués, puesto que él tiene varios ejemplares de esta raza.
Tras las elecciones, Barack y Michelle explicaron, en la primera entrevista televisada realizada para la televisión americana, que el perro no llegaría a la Casa Blanca hasta que las niñas hubieran pasado un periodo de adaptación a su nuevo domicilio. El propio presidente Obama comentó, antes de empezar su periplo europeo, que a su vuelta, el perro llegaría a la familia.
Aunque la presentación oficial del perro tendrá lugar el próximo martes, la fotografía que ilustra esta noticia ha sido puesta a disposición de los medios de comunicación al filtrarse la noticia de que el can ya estaba en Washington. Es un cachorro de 6 meses de perro de agua portugués, regalado a la familia por Edward Kennedy, y al que las niñas Obama han puesto de nombre "Bo", que es el mismo que unas primas suyas le pusieron a su gato.
Por fin, una promesa electoral más cumplida y una pregunta menos por parte de los periodistas en las ruedas de prensa del presidente.
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