sábado, 29 de octubre de 2011

Mensaje a la nación 29 - 10 - 11



El presidente Barack Obama aprovecha el mensaje a la nación de hoy para hablar de la importancia de participar todos los ciudadanos en el crecimiento de la economía. Él mismo reconoce que mientras republicanos y demócratas se pelean en el Congreso para sacar adelante cualquier ley que beneficie a la gente, la situación económica es cada vez peor. Por ello el gobierno ha tomado acción en estos días para mejorar la situación de los pagos de las hipotecas por parte de las familias, que los estudiantes puedan pagar sus deudas y que los veteranos de guerra encuentren trabajo.

martes, 25 de octubre de 2011

Michelle Obama: una historia de éxito y de esperanza

Publicado por Mónica Pérez de las Heras en la revista "Manager":

No era un sueño que pareciera alcanzable y por eso de niña jamás lo imaginó. Llegar a convertirse en la Primera Dama de Estados Unidos era, para una mujer negra, algo improbable. Su historia es un auténtico canto a la esperanza y un ejemplo de que el éxito se puede alcanzar.

En menos de tres minutos subida en un escenario, Michelle LaVaughn Robinson, consigue que el público sonría. Su carisma es tal que es muy fácil criticarla en la distancia –y de hecho se ha llevado grandes críticas- pero en las distancias cortas no es tan sencillo. Por ello se ha convertido en el personaje político más popular de Estados Unidos y en una gran baza para la reelección de su marido.

Una infancia sencilla

Ese carisma es fruto de su experiencia de vida, labrada desde la más tierna infancia. La historia de Michelle es la de una niña del South Side de Chicago que vivía en una casa con un único dormitorio, el de sus padres. Estos tuvieron que dividir el salón de la vivienda en tres partes: una era la habitación de Craig -el hermano mayor de Michelle-, otra la de ésta y una tercera parte era el cuarto de estudio. Los Robinson inculcaron en sus hijos la importancia del trabajo duro, sobre todo su padre, quien les dio todo un ejemplo. Cada mañana, durante muchos años, Fraser Robinson se dirigió a su puesto de trabajo en una planta de tratamiento de aguas, a pesar de estar aquejado de una esclerosis múltiple que le hacía ir con muletas. Esa lección de su progenitor le sirvió a Michelle Obama para comprender que en la vida hay que trabajar muy duro.

Sólo su buen expediente académico y un crédito para pagar sus estudios -que no terminó de abonar hasta varios años después de estar casada con Barack Obama-, le llevó a estudiar en dos de las mejores universidades del país: Princeton y Harvard. Para Michelle, que había vivido toda su vida en un ambiente de negros, llegar a la Universidad de Princeton fue tremendo, como ella misma explica: “Cuando llegué a Princeton me llevé un choque emocional viendo estudiantes universitarios que conducían BMW. Yo ni siquiera conocía padres que condujeran BMW".

La hoy Sra. Obama se encontró con que era uno de los 94 estudiantes afroamericanos de los 1.141 existentes en Princeton por aquel entonces. De hecho, su primera compañera de habitación en el campus, que era de raza blanca, se cambió de cuarto para no compartir su espacio con una chica de color. En Princeton estudió Sociología y Cultura Afroamericana. Se graduó cum laude en 1985 e ingresó en la Escuela de Leyes de Harvard con 21 años. Durante su presencia en la universidad Michelle demostró un gran carácter, capaz de defender aquello en lo que creía por encima de todo, eso sí, sin perder la educación y las buenas maneras que sus padres le habían inculcado. En una ocasión, su hermano Craig, con quien coincidió en Princeton, llamó a su madre para comentarle que ella iba recriminando a los profesores de francés porque le parecía que las clases no eran lo suficientemente conversacionales. Marian Robinson, su progenitora, conociendo a su hija le respondió: “Hijo, haz como si no la conocieras”. Por cierto, el sentido del humor de Michelle, que es capaz de hacer reír a Barack Obama en cualquier situación, es heredado de su madre.

Una carrera profesional de éxito

En 1988 Michelle salió de Harvard con un puesto de trabajo en una firma de abogados de prestigio de su ciudad natal. Sus compañeros de Sidley Austin la recuerdan con una capacidad de trabajo arrolladora. En poco tiempo demostró su valía, a pesar de que ella no estaba del todo conforme con el trabajo que realizaba. La hoy Primera Dama de EEUU había estudiado Derecho con el objetivo de servir a los demás y sentía que en una empresa privada no estaba haciendo lo suficiente.

Fue en este despacho donde conoció a Barack Obama, un estudiante de Harvard que recaló en la firma para hacer sus prácticas durante el verano. Ella misma cuenta que cuando escuchó que se iba a unir a ellos se preguntó: “¿Quién llama a su hijo Barack Obama?” pensando que insistió en numerosas ocasiones en salir con ella, comenzaron una historia de amor que les la acompañado hasta la Casa Blanca. Son una pareja que, como dicen sus más allegados “crecen cuando están juntos” y como dijo la prensa estadounidense ante la llegada de ambos a Washington en 2009: “Por fin habrá sexo en la Casa Blanca”.

Dos trágicas circunstancias hicieron que Michelle se replanteara su trabajo en el despacho. La muerte de su mejor amiga de Princeton y la de su padre, en 1990 y 1991 respectivamente, le llevaron a convencerse de que, si podía morirse en cualquier momento, quería hacer algo que realmente le gustara, contribuir a la comunidad. Moviendo su currículum encontró trabajo en el ayuntamiento de Chicago, con el alcalde Richard M. Daley, gracias al apoyo de Valerie Jarrett, hoy asesora del presidente. Como cuenta la propia Michelle: “Valerie entendió lo que yo sentía. Era difícil encontrar a gente que comprendiera mi decisión de dejar un buen trabajo con un buen salario”. Obama, que insistió en numerosas ocasiones en salir con ella, comenzaron una historia de amor que les la acompañado hasta la Casa Blanca. Son una pareja que, como dicen sus más allegados “crecen cuando están juntos” y como dijo la prensa estadounidense ante la llegada de ambos a Washington en 2009: “Por fin habrá sexo en la Casa Blanca”.

En 1993 la vida profesional de la Sra. Obama dio un nuevo giro al ser contratada para poner en marcha la “Oficina de Aliados Públicos”, un programa para ayudar a los jóvenes a encontrar empleo. Michelle comenzó el proyecto desde cero y durante los tres años que estuvo como directora consiguió grandes éxitos. En 1996 su carrera seguía en ascenso, siendo nombrada decana asociada de la Universidad de Chicago, donde desarrolló el “Centro para el Servicio Comunitario”. En 2005 fue designada vicepresidenta de asuntos comunitarios y externos. Fue entonces cuando, con el sueldo de Michelle en la universidad y la venta de los libros de su marido (“Los sueños de mi padre” y “La audacia de la esperanza”) pudieron comprarse una casa de 1.600.000 dólares en Chicago, que aún utilizan cuando viajan a su ciudad de residencia.

Una activa participación en la campaña electoral

Todos aquellos que han trabajado junto a Michelle coinciden en destacar que la Sra. Obama “trabaja como un gladiador”. Ella misma reconoce que no cree en la suerte en sí, sino en aquella que nos labramos nosotros mismos a través de nuestro esfuerzo y dedicación.

Michelle Obama nunca estuvo interesada en política. Cuando Barack le dijo que quería presentarse a las elecciones presidenciales elaboró un listado enorme de preguntas que sus asesores debían contestar para que él contara con su apoyo. Sólo cuando todas y cada una de esas cuestiones tuvieron respuesta Michelle asumió el reto de su marido.

Este escaso interés de Michelle por la política hizo que ésta compaginara, en un primer momento, su labor profesional con la de “activista de campaña”, participando paulatinamente en los mítines, primero con su marido, después sola. Como ella ha comentado en numerosas ocasiones jamás había pensado en pronunciar discursos: “El político es él, yo no”, indica.

Poco a poco su participación en la campaña fue más intensa hasta que no tuvo más remedio que dejar su trabajo. Ciertos grupos a favor de los derechos de la mujer criticaron que una persona con tanto éxito profesional como ella tuviera que dejar su trabajo por apoyar el de su marido pero Michelle lo tiene bien claro:

Echo de menos a mis compañeros, mi trabajo –comentó durante la campaña- pero todo lo que hago forma parte de mi carrera”.

La campaña electoral demostró, entre otras cuestiones, que como ella misma dice “tiene una piel de rinoceronte” que le permite aguantar las críticas y, por otra parte, que es una oradora brillante. Michelle Obama cumple a rajatabla las tres reglas de la Oratoria: naturalidad, humildad y transmitir desde el corazón; eso le hace tener una gran capacidad para conectar con la gente. En 2008, durante la Convención Nacional Demócrata, Michelle dio uno de los mejores discursos de la campaña electoral según los medios de comunicación estadounidenses. En esta alocución habló de su marido de forma impecable: “Barack Obama es el mismo hombre del que me enamoré hace 19 años. Es el mismo hombre que hace diez años me llevó a casa aquel verano con nuestra bebé recién nacida, avanzando con lentitud a paso de tortuga, curioseándonos con ansiedad por el espejo retrovisor, sintiendo todo el peso del futuro del bebé en sus manos, decidido a darle todo aquello por lo que él mismo había luchado tanto, decidido a darle lo que él nunca había tenido: el abrazo firme del amor de un padre”. Aunque hay gente a la que ya antes se la había ganado. Cuando Barack Obama visitó en una ocasión la Casa Blanca como senador, George Bush le cogió en un aparte y le pidió que se quedara, que quería presentarle a su mujer, Laura. Cuando su esposa llegó George Bush le dijo a ésta: “Mira, éste es el senador que tiene esa mujer tan guapa que vimos en la Convención de 2004”, a lo que Barack respondió: “Señor, tenemos unas esposas que no nos las merecemos”. Ese día Obama se ganó el profundo respeto y admiración de George Bush quien, en 2009, cuando llegó a su rancho de Texas tras dejar la Casa Blanca en manos de Barack Obama, dijo a sus invitados: “Hoy es un gran día porque un hombre bueno ha hecho el juramento”.

Una Primera cautivadora

Las funciones de primera dama de Estados Unidos no están definidas. Cada una de ellas elige qué papel quiere jugar durante su estancia en la Casa Blanca. Esa era la pregunta más habitual para Michelle por parte de los periodistas desde que el 4 de noviembre de 2008 Barack Obama ganó las elecciones: ¿qué papel va a desempeñar como primera dama? La Sra. Obama respondía indicando que, ante todo, es madre, y su principal función iba a ser, al menos durante el primer año, conseguir que sus hijas, Malia y Sasha, se adaptaran correctamente a la vida de Washington.

En la actualidad, la labor de Michelle Obama como Primera Dama está dedicada especialmente, además de apoyar a su marido en su labor, a tres cuestiones: la mejora de la educación, el apoyo a las familias de los militares y la lucha contra la obesidad infantil. Para desarrollar sus actividades, la Sra. Obama no tiene problema en mostrarse haciendo deporte, bailando junto a Beyoncé o leyendo cuentos para los niños en los jardines de la Casa Blanca. Su naturalidad consigue ganar a todo tipo de público, incluidas todas las personas que tuvieron contacto con ella durante la visita de Michelle a Marbella el pasado año.

Otra de las grandes cualidades de la Primera Dama de EEUU es su gran capacidad para potenciar a los demás. Tanto su hermano como ella lo aprendieron de su progenitor, “conseguir que una persona que llegue hasta a ti se encuentre mejor después de haber hablado contigo” y de hecho, ambos lo están haciendo, Craig Robinson como entrenador de baloncesto de la Universidad del Estado de Oregón y Michelle desde la Casa Blanca.

En varias ocasiones a lo largo de su presencia en Washington Michelle ha sido preguntada sobre su interés o no en entrar en política al igual que hizo Hillary Clinton. Ella siempre contesta lo mismo, su papel es estar junto a su marido, apoyarle también en la reelección pero teniendo claro que el político es él.

Sea cual sea el futuro que depara a la Primera Dama de Estados Unidos, lo cierto es que tendremos ocasión de escucharla y verla en la campaña de su marido para la presidencia. Una buena oportunidad para aprender de su ejemplo y tener claro que en esta vida podemos conseguir todo aquello que deseemos, su historia así lo demuestra.

lunes, 24 de octubre de 2011

Mensaje a la nación 22 - 10 - 11



El presidente Barack Obama empleó el mensaje a la nación del sábado pasado para hablar del regreso de las tropas estadounidenses de Iraq para antes de final de año. También hizo mención a la muerte del dictador Gadafi en Libia.

lunes, 17 de octubre de 2011

Barack Obama en el Memorial de Martin Luther King



Ayer domingo se inauguró en el National Mall de Washington un monumento dedicado a Martin Luther King. Este es el emotivo discurso que pronunció ayer Barack Obama.

Mensaje a la nación 15 - 10 - 11



El presidente Barack Obama realizó el pasado sábado su mensaje a la nación desde una fábrica de General Motors en Detroit. Desde allí destacó que el acuerdo cerrado la semana pasada permitirá ayudar a la creación de miles de puestos de trabajo, mejorando el nivel de vida de los trabajadores y ayudando a conseguir el objetivo de doblar las exportaciones.

jueves, 13 de octubre de 2011

La mujer que ha conquistado a EEUU

Artículo de Mónica Pérez de las Heras publicado en la revista online "Mujeres y cía":

No es una Primera Dama habitual. No usa medias ni zapatos de tacón y le encanta llevar vestidos sin mangas. Es una rebelde nata capaz de asumir un sueño que, como ella dice, ni siquiera podía permitirse. Su historia sirve de inspiración y esperanza porque demuestra que en esta vida puedes hacer cualquier cosa que te propongas. Hoy es el personaje político más popular de su país y todo un icono de la moda.

Se sube a un escenario y en menos de tres minutos es capaz de hacer reír al público. De hecho, como el propio Barack Obama confiesa: «es mejor oradora que yo». Licenciada en Sociología y Derecho en las universidades de Princeton y Harvard, tuvo que esperar a estar casada para acabar de pagar sus créditos estudiantiles. Cuando dejó su empleo para incorporarse a la campaña presidencial de su marido ganaba más dinero que él. Ahora, ha aparcado a un lado su labor profesional para dedicarse a un trabajo no remunerado: ser Primera Dama y vivir en la Casa Blanca.

Un hogar sencillo
Michelle LaVaughn Robinson nació el 17 de enero de 1964 en Chicago, donde vivió su infancia en un barrio del South Side de esta ciudad. Su casa era la parte de arriba de un chalet de dos plantas que una tía suya les dejó, un espacio en el que sólo había un dormitorio, el de sus padres. Los Robinson, dividieron el salón en tres partes para que sus dos hijos, Craig –el hermano mayor de Michelle- y ésta, tuvieran su propia habitación, así como un cuarto de estudios para ambos.

Una relación romántica
Cuando Barack y Michelle Obama se trasladaron a vivir a Washington, el comentario de algunos medios sensacionalistas estadounidenses fue: «por fin habrá de nuevo sexo en la Casa Blanca». Michelle conoció a Barack cuando éste trabajó un verano a su cargo en la firma Sisley Austin de Chicago. Ella confiesa que antes de conocerle pensó: «¿Quién llama a su hijo Barack Obama? Tiene que ser raro». Él quedó fascinado por ella desde el primer momento y, tras las insistentes peticiones de salir juntos, que ella siempre rechazaba, un día Michelle accedió a llevarle en coche a casa, tras una comida informal en la oficina. «Por el camino –cuenta Barack Obama- le invité a un helado. Le pregunté si podía besarla. Sabía a chocolate». Desde entonces son una pareja que, como sus amigos dicen, «crecen cuando están juntos».

Madre en Jefe
Si se le pregunta a Michelle cómo se define suele decir: «madre, realista y esposa». Siempre ha tenido muy claro que sus dos hijas, Malia (13 años) y Sasha (10 años) son lo más importante para ella, por ello el primer año de su estancia en la Casa Blanca lo dedicó casi en exclusiva a que las niñas se adaptaran a su nueva vida. Una de las anécdotas de la Sra. Obama con sus hijas transcurrió durante la campaña electoral cuando pronunció su gran discurso en la convención nacional demócrata de Denver, en 2008. Michelle finalizó su alocución y las niñas subieron al escenario. Ella les susurró: «Tengo una sorpresa para vosotras»; Malia se volvió hacia ella y preguntó ilusionada: «¿Los Jonas Brothers?» -el grupo musical del que es fan la pequeña-. «No –dijo Michelle -es sólo papá», con el consiguiente desencanto de la niña.

Trabaja como un gladiador
«No dejéis que nadie ponga límites a vuestros sueños» suele decir Michelle Obama en uno de sus mensajes más habituales. Y explica cómo estos se consiguen, pero con esfuerzo y trabajo duro. Ella lo sabe porque tuvo el ejemplo de su padre, quien aquejado de esclerosis múltiple iba a trabajar cada día a una planta de tratamiento de aguas, apoyado en dos muletas. Jamás se quejó. Su ejemplo fue clave para una mujer que asistió a la Universidad de Princeton -Nueva Jersey- cuando sólo había 94 estudiantes negros de 1.141. Como dice la propia Michelle: «Cuando llegué a Princeton me llevé un choque emocional, viendo estudiantes universitarios que conducían BMW. Yo ni siquiera conocía padres que condujeran BMW». Su capacidad de trabajo es tal que los que han coincidido con ella la definen como un gladiador.

Una Primera Dama singular
Michelle ha elegido tres temas fundamentales para desarrollar su papel de Primera Dama: la educación, el apoyo a las familias de los militares y la lucha contra la obesidad infantil. Cuando se enteró, en una reunión con mujeres de soldados en misiones en el extranjero, de las dificultades económicas y sociales que éstas padecían enseguida se solidarizó con ellas y decidió ayudarlas. Por otro lado, la lucha contra la obesidad infantil es uno de los problemas que más le preocupan, ya que miles de niños en Estados Unidos la padecen.

Algunos se preguntan si Michelle, como Hillary Clinton, no querrá algún día emplear su carisma, el que ha hecho que se convierta en el personaje político más importante de Estados Unidos, para aspirar a algún puesto en la política o, quien sabe, ser candidata a la presidencia de su país. La Primera Dama sonríe cada vez que le preguntan por ello, pero tiene claro que el político de la familia es su marido: «Mi papel es complementario, yo soy quien le acompaña y le apoya». Pero Barack lo reconoce: «no me enfrentaría a ella en unas elecciones».

lunes, 10 de octubre de 2011

Mensaje a la nación 8 - 10 - 11



Una vez más el presidente Barack Obama explica a la opinión pública la necesidad de que el Senado apruebe la nueva ley sobre el empleo que el gobierno de Obama ha desarrollado. Incluso dice que si hay alguien que está en contra de esta ley debería explicar muy bien a los americanos por qué no la quiere, puesto que no hay razón para ello.

lunes, 3 de octubre de 2011

Mensaje a la nación 1 - 10 - 11



El pasado sábado 1 de octubre el presidente Barack Obama habló sobre las cartas que recibe cada día pidiéndole que tome medidas para que la gente pueda encontrar empleo. Aprovecha además para hacer un llamamiento al Congreso para que apruebe la ley para mejorar el empleo en EEUU, que supone un recorte de impuestos, la creación de puestos de trabajo y proporcionar un beneficio para el pueblo americano.